Lo mejor para esta clase de viviendas es contar con una cocina de este estilo: mucho más reducida, con los electrodomésticos imprescindibles, e integrada en otros espacios como puede ser el living. Ya no existe esa necesidad de tener una cocina mayor en la que realizar comidas elaboradas; ahora, la cocina es un lugar de paso, que debe adecuarse a nuestro rápido ritmo de vida y cumplir exclusivamente con su función.
La cocina americana se compone siempre de una barra, en torno a la cual se articulan el resto de elementos (por ello, en ocasiones también se le conoce como “barra americana”). Es un lugar idóneo para los desayunos o para picar algo con los amigos. En la propia barra, o detrás de ella, se colocan el horno, encimera, refrigerador, el lavaplatos y el horno eléctrico. Sobre ella podemos tener el microondas. Y con estos simples elementos ya tenemos compuesta nuestra cocina americana.
Otra opción para quienes tengan una cocina pequeña en una habitación separada es la de integrarla con el comedor o sala de estar mediante la apertura de una ventana, al estilo de los bares.
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