PINTANDO PUERTAS



Aunque seguramente el acto de pintar nuestra casa puede resultar en ocasiones no solo algo bastante cansador sino que puede hacer que no sepamos por donde empezar, o cuantas capas se han de dar, podemos decir que una de las partes que más nos suelen preocupar a la hora de pintar son las puertas.

Dependiendo del material que sea la puerta que vayamos a pintar, hemos de saber que deberémos utilizar un determinado tipo de pintura. Lo interesante de pintar una puerta es el efecto y cambio que puede provocar, ya que suele ser algo que da mucha más “vida” al espacio en la que se coloque dicha puerta y que evidentemente hará que todo el conjunto varie muchísimo.
En la mayoría de las casas, todavía se utilizan puertas que son de madera, por lo que para poder pintarlas deberémos utilizar primero de todo un buen esmalte ya que muchas de las puertas realizadas en este material suelen estar barnizadas lo que hace del proceso de pintar un poco más complicado.
Tras cubrir picaporte y visagras, para no mancharlos de pintura, deberémos comenzar a aplicar un decapante químico que nos permita eliminar restos de marcas o pinturas anteriores. También podemos lijar antes la puerta, cepilla la madera y entonces ya podemos comenzar con el decapante.
El decapante lo podemos aplicar como si fuera pintura con un pequeño rodillo (no olvides utilizar mascarilla para evitar su toxicidad), y cuando veas que la pintura se comienza a levantar, la retiras con una espátula. Luego lo limpias bién todo con un paño limpio, agua ras, y con un estropajo metálico fino. Cuando esté seca la vuelves a lijar.
Una vez hecho esto, lo que puedes es comenzar a pintar una primera capa, luego vuelves a lijar y después aplicas una segunda capa. Y "Voila", ya tenemos un nuevo look, gracias al indiscutido protagonismo de LA PUERTA.

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