El Maximalismo - deco tendencias

Dónde más es más - deco tendencias

El maximalismo es una nueva tendencia de creación artística y ecléctica que refleja la necesidad de fraguar un arte más complejo y elaborado.



Esta tendencia defiende las soluciones extremas. Plantea la incorporación de elementos o piezas determinantes. Hace foco en objetos, colores o formas que aportan riqueza. Su variante más insigne es la mezcla de estilos, es decir, intervenir un espacio con piezas o texturas disímiles (lo étnico con lo moderno, lo rústico con lo natural). 



No se trata de recargar sino de combinar con precisión y buen gusto. Se trata de mostrarle al espectador una obra de arte en cada objeto y elemento. Le muestra una infinidad de materiales usados de manera creativa, elegante e inusual.

El maximalismo es una tendencia que da lugar a expandir en su totalidad un ambiente. Explota cada elemento contribuyendo así a la forma de mezclar la funcionalidad con ambientes artísticos. De esa manera crea interiores originales e inusuales, de entornos dinámicos a la vez que hace sentir acogidos a quienes contemplan su estructura.

Este nuevo estilo trata de dejar atrás el Minimalismo conocido por sus ambientes de líneas limpias y simples, estilo austero, colores fríos, paredes lisas e iluminación disimulada y con su enmarcado lema de “menos es más”.

Esta nueva sensibilidad agrupa las intenciones de los diseñadores que están construyendo una nueva modernidad compleja y ecléctica.



Como ocurre con toda corriente estética que nace con fuerza, el Maximalismo ha sacudido todas las disciplinas e incluso ha servido para que éstas se hayan combinado y hayan dado lugar a nuevas materias multidisciplinarias. El diseño de moda, tan precursor como siempre, fue uno de los primeros campos donde el maximalismo empezó a olfatearse. La ropa calvinista ha desaparecido de las pasarelas para dejar paso a prendas que combinan distintos materiales: cuero, charol, gasa y tachuelas impregnan la ropa de firmas como Dolce & Gabbana, Versace o Vivianne Westwood. Hasta la serenidad de Giorgio Armani se ha visto alterada con la incorporación de tejidos opulentos y vistosos.

El diseño industrial también está viviendo una transformación: la comodidad de los muebles ya no es suficiente; además, se busca la originalidad mediante formas y colores singulares. Estanterías en forma de olas y sofás peludos, mesas con patas curvas, abrelatas en forma de animales… y un sin fin de objetos que sorprenden porque mezclan funcionalidad e imaginación.

El Maximalismo también ha transformado disciplinas como la joyería, el cine, la literatura o el diseño gráfico, que se rigen por instrumentos conceptuales y técnicos que buscan las ambigüedades, las tensiones y los órdenes transgredidos.

La arquitectura y el diseño interior son, sin embargo, las disciplinas donde estos cambios son más perceptibles y en algunos casos más exagerados. Los diseñadores han dejado hasta ahora el omnipresente hormigón pintado de blanco y han empezado a levantar sus edificios con fusión de nuevos materiales como las planchas metálicas corrugadas o los cristales capaces de cambiar su translucidez en cuestión de segundos. El ornamento ya no es delito; las telas, los acabados sofisticados, la mezcla de muebles antiguos y futuristas conforman ambientes ricos en sensaciones donde la única pero suficiente utilidad es la belleza.

  

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